A LA COMUNIDAD FAU
COMPAÑEROS, FUNCIONARIOS, ACADÉMICOS, AUTORIDADES:
Desde fines del año pasado nos hemos abocado a la tarea de investigar todo cuanto concierne al proyecto MECESUP adjudicado a nuestra facultad el año 2003. Motivados por la evidente falta de información disponible, y por la también evidente falta de resultados concretos, luego de 4 años de gestión al respecto.
Durante este proceso de investigación, y a poco andar, pudimos constatar una serie de anomalías, promesas no cumplidas y evidentes falencias en la conducción del proyecto. Ante tal escenario asumimos la labor de profundizar nuestras indagaciones, como lo haría cualquiera que enviste la responsabilidad de representar los intereses de los estudiantes que debieron verse beneficiados por las supuestas bondades de este proyecto. Basta una mirada superficial para notar que el MECESUP de la FAU huele mal. No existe argumento que permita explicar la falta de correspondencia entre el monto total del proyecto, $480.000.000, con los escasos beneficios percibidos. Todo esto resulta aún más lamentable si tomamos en cuenta el paupérrimo estado financiero de nuestra Facultad y que ésta debió aportar casi 200 millones del total antes mencionado, y para colmo, el área en torno a la que el proyecto centraba supuestamente gran parte de sus esfuerzos (tecnología en los procesos de enseñanza) es una de las más precarias de nuestro desarrollo académico.
Es precisamente en esa senda que nos entrevistamos con personeros del Mineduc de la división MECESUP, Roxana Pey y Andrés Orlandi; también con el Decano de nuestra Facultad en reiteradas oportunidades; enviamos cartas al rector Pérez; visitamos las dependencias de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad Católica para interiorizarnos sobre un proyecto MECESUP de similares características al nuestro, que ha sido todo un éxito en su implementación y evaluación (en dicho lugar nos entrevistamos con el profesor de Arquitectura de la PUC, Claudio Labarca uno de los directores del proyecto) y, luego de todo esto, solicitamos y exigimos la realización de un Consejo de Facultad Extraordinario en donde se tratara como tema exclusivo el estado de situación de dicho proyecto, a partir de un informe solicitado al Sr. Hernán Marchant, director del mismo.
El Consejo se realizó el Miércoles 30 de Mayo, y a dicha sesión asistieron, a petición nuestra, además de los miembros permanentes del Consejo, los dos funcionarios del Mineduc citados en el párrafo anterior, el profesor Eduardo Lyon, Pedro Soza y Eduardo Zorzano, en su calidad de expertos en la materia, entre otros invitados. Se trató de una acalorada sesión en la que el Sr. Marchant expuso su informe y luego discutimos largamente sobre el mismo. Se concluyó de forma casi unánime que el informe autocomplaciente presentado era absolutamente insuficiente y sesgado, que el proyecto se hallaba en estado de crisis, que jamás fue abordado de manera institucional, que nunca ha estado disponible la información suficiente, que la gestión del proyecto ha sido dirigida entre 4 paredes, como si los directores del mismo fuesen los dueños de una suerte de latifundio llamado MECESUP UCH 0217, que jamás hubo una fiscalización desde las autoridades de nuestra Facultad y que eso permitió que los cuestionados directores del proyecto hicieran lo que quisieran durante estos últimos 4 años.
El Consejo en pleno dictaminó, finalmente, designar una comisión ad-hoc, propuesta por nosotros, que se encargara de evaluar en profundidad todo lo hecho en estos 4 años y el estado de situación actual del proyecto, para posteriormente proponer nuevos rumbos sobre las etapas y los fondos restantes. Considerando que al proyecto le restaban 2 meses y fracción para su fecha de expiración, el consejo determinó solicitar una prórroga de 1 año para que la comisión nombrada pudiera tomarse un plazo razonable (de aprox. 2 meses) para realizar su trabajo y en los meses restantes pudiera implementarse definitivamente lo que dicha comisión propusiera, además del necesario nombramiento de un nuevo directorio. También se decidió el congelamiento de los fondos hasta nuevo aviso, idealmente hasta que la comisión concluyera su labor, para resguardar el buen uso de los dineros que aún quedan. En el Consejo se habló de 100 millones de saldo aproximadamente, y más allá de lamentar el derroche del dinero ya (mal) gastado, se consideró que no se trataba de una cifra despreciable si se la usaba correctamente. Además, se le exigió un nuevo informe al Sr. Marchant que cumpliera con los requisitos mínimos que sus informes anteriores evidentemente no satisfacían.
El Sr. Marchant asistió a la 1era sesión de la comisión y dio a entender que colaboraría con el trabajo de la misma, pese a no estar de acuerdo con su necesaria labor. En esa oportunidad señaló, además, que según sus cálculos el dinero restante al proyecto solamente ascendía a la suma de 15 millones de pesos y no a los 100 que todo el consejo entendió en la sesión del 30 de Mayo, hecho que despertó evidentes suspicacias y no hizo más que aportar un nuevo elemento a la larga lista de dudas que persisten sobre la administración del proyecto y su cuestionado directorio.
El Viernes 15 de Junio se realizó un 3er consejo extraordinario para discutir dicho informe y aprobar la propuesta de trabajo de la comisión recientemente creada. El informe, como ya es costumbre, no llegó a tiempo (mismo Viernes en la mañana) y el consejo se vio forzado a reorientar la discusión en otra dirección: una carta emitida por el directorio del proyecto hacia las autoridades centrales de nuestra Universidad. Dicha carta contiene una serie de convenientes imprecisiones y mentiras sobre la realización de los Consejos antes mencionados, los personeros el Mineduc y nosotros, los dirigentes estudiantiles. Este hecho no representa otra cosa que un acto desesperado de estas personas que probablemente tengan algo que ocultar.
Hacemos pública esta carta y entregamos, también de manera pública nuestra respuesta:
Es evidente que el directorio de nuestro tristemente célebre MECESUP UCH 0217, HERNÁN MARCHANT, JAIME DIAZ, JOHN CHALMERS y la señora CARMEN PAZ, recurren a las autoridades centrales de la Universidad al comprobar que la situación al interior de la Facultad se les había vuelto absolutamente adversa. Este acto Kamikazee basa sus esperanzas en una instancia superior, pues el consejo de facultad y la comisión nombrada se proponían investigar a fondo los 4 años de pésima, y poco transparente, gestión. Hecho que por supuesto, no es del agrado de estas personas, que al parecer aún no comprenden que se hallan en una institución pública. Lo de ellos –queda claro- se caracteriza mucho más por los misterios y la confidencialidad de la información ¿a qué le tendrán tanto miedo? Lo vamos a averiguar, eso es seguro.
Esta actitud constituye un abierto desacato a las resoluciones del Consejo de Facultad, y según la carta, los distintos actores involucrados en este proceso se equivocan: los estudiantes, el consejo de facultad, el decano y los personeros del ministerio; y la razón, claro, está de su parte.
A continuación, pasamos a evidenciar algunas mentiras enunciadas en el 1er párrafo de esta penosa epístola, y luego los demás puntos, uno por uno: primero, los "dos informes completos" que presentó el directorio, fueron rechazados de forma casi unánime por el Consejo de Facultad, por ser considerados INCOMPLETOS, SESGADOS Y AUTOCOMPLACIENTES. Segundo: el cuestionamiento no lo hacen "algunos dirigentes estudiantiles", lo hacen TODOS LOS DIRIGENTES ESTUDIANTILES de la Facultad desde el principio hasta el día de hoy. Tercero, cuando habla de "exagerada importancia otorgada por el decano", es preciso aclararle al Sr. Marchant que cuando se trata del destino de nuestra educación, NO HAY IMPORTANCIA EXAGERADA, y esa importancia no sólo se la concede el Decano, también el consejo de forma casi unánime, los personeros del ministerio y, por supuesto, nosotros los estudiantes.
-Punto Nº 1: el decano no ignoró los informes presentados, al contrario, los evaluó, igual que casi todos los que tuvimos ocasión de revisarlos, como absolutamente incompletos e insatisfactorios, y por eso atiende nuestro requerimiento de discutir este tema en un Consejo de Facultad Extraordinario. Y a propósito, hay un asunto que no nos queda claro, pero pareciera que al profesor Marchant le molestan las discusiones públicas. Al parecer, se confirman nuestras sospechas de que la transparencia no es precisamente lo suyo.
-Punto Nº 2: el Consejo de Facultad se realizó a petición y exigencia nuestra y la presencia de la Sra. Roxana Pey también se debió a lo mismo, por lo que difícilmente pudo ser ella quien lo solicitara. Así también, es falso que ella acordara suspender indefinidamente todas las acciones del proyecto. En lugar de ello, lo que hizo fue sugerirle al consejo esa alternativa y es el consejo quien toma la decisión de suspender dichas acciones, solicitar un 3er informe, crear una comisión ad-hoc y solicitar una prórroga de un año.
-Punto Nº 3: el Consejo no puede finalizar antes de comunicar los acuerdos, por lo tanto es evidente que los acuerdos ya habían sido comunicados, pues como dice, en su única afirmación correcta el Sr. Marchant, el consejo ya había finalizado.
-Punto Nº 4: parece que para algunos, la formalidad y el protocolo, son usados para distraer la atención de las verdades incómodas. Por otro lado, la comisión se propone un PLAZO MAXIMO DE 2 MESES y no mínimo para desarrollar su labor, la que consistirá en evaluar los informes, indagar a fondo sobre cada una de las acciones involucradas en el proyecto hasta la fecha para concluir proponiendo una reorientación de las acciones restantes en virtud de los recursos aún disponibles, y no sólo para "evacuar un informe" como plantea, erróneamente, el Sr. Marchant, con el objetivo de hacer parecer exagerado y absurdo el plazo determinado para el cumplimiento de sus labores, en un intento por caricaturizar dicho espacio: otra conveniente omisión.
-Punto Nº 5: el Sr. Marchant omite el hecho de que la creación y nombramiento de la comisión se efectúa al alero de la decisión de solicitar una prórroga de un año para "finiquitar sus acciones", en virtud de la necesaria reorientación de varios aspectos del proyecto.
-Punto Nº 6: los directores del proyecto han entregado argumentos, para no prolongar la duración del proyecto. Pero queda claro que éstos han sido insuficientes y poco confiables, y es por eso, que se tomaron todas las determinaciones ya mencionadas.
-Punto Nº 7: resulta divertido cuando se habla de "continuidad del proyecto", si uno de los consensos más amplios al respecto es el que señala la falta de continuidad que éste siempre ha tenido, el incumplimiento de un sinnúmero de plazos comprometidos y la falta de coherencia entre el aspecto teórico del proyecto y el práctico, en relación a sus decisiones de adquisiciones, implementación y desarrollo académico, así también la falta de un seguimiento y evaluación de cada una de las acciones realizadas, para medir sus respectivos impactos, lo que le resta, totalmente, el sentido de proyecto, convirtiéndolo, más bien, en la suma de una serie de acciones marginales, sin mucha relación ni vínculo entre si.
-Punto Nº 8: este es, para nosotros, uno de los párrafos más destacables, sin lugar a dudas. Parece otro chiste del Sr. Marchant, en virtud de descalificar nuestra participación en todo esto. La excusa de que sólo los expertos técnicos pueden evaluar un proyecto como este, es una clásica artimaña para ocultar las legítimas y generalizadas dudas que circundan a este proyecto. Dudas que, a estas alturas, provienen de todas las esferas: estudiantes, académicos y autoridades. Por otro lado, es necesario recordarle al Sr. Marchant que nos encontramos en la Universidad de Chile y aquí los estudiantes, aunque eso no le guste, siempre nos hemos ganado el derecho de participar y hacer oír nuestra voz cuando se trata de los destinos de nuestra educación. Y con eso no se juega. Además, si es por hablar de expertos, queremos recordar la intervención del profesor Eduardo Lyon en el Consejo de Facultad, recientemente Doctorado en EEUU precisamente en las materias que dice abordar este proyecto, cuando afirmó lo que señalamos en el párrafo anterior, respecto de la incongruencia entre teoría y práctica en el proyecto: algo fundamental, no les parece? Y si es por continuar hablando de expertos, valga afirmar que los Directores de este proyecto son algo muy lejano a ello, basta ver las decisiones tomadas y la pésima estrategia desarrollada, y amén de todo eso, no se utilizó como correspondía al comité asesor que había sido designando para esos efectos.
Cuando el Sr. Marchant sugiere que tenemos conflictos de intereses, tiene razón, pues se supone que los beneficiarios directos de todos los proyectos MECESUP deben ser los estudiantes de las Unidades donde éstos se desarrollan y nos hemos percatado de que este directorio ha hecho todo lo contrario a ese predicamento, arguyendo que "los estudiantes se beneficiarán indirectamente en un lento proceso". Faltó decir "imperceptible" e "invisible". Además, queremos manifestar que es lógico que tengamos INTERESES: nuestro interés es recibir una mejor educación cada día, que nuestra Universidad continúe siendo la mejor del país, que haya transparencia y participación cuando se trata del destino de nuestra enseñanza, que la comunidad entera esté al tanto de los procesos de los proyectos que se supone han de beneficiarla, que las cosas se hagan como es debido, es todo.
Y, bueno, el Sr. Marchant quien se presenta, al parecer, como el único en nuestra Facultad capaz de evaluar el proyecto que el mismo dirige y nos habla de competencias y expertos, quisiéramos aclararle algo: el proyecto que Ud. dirige Sr. Marchant, NO ES UN PROYECTO DE INVESTIGACIÓN: ES UN PROYECTO DE IMPLEMENTACIÓN (TECNOLÓGICA), como Ud. mismo se encargó de recalcar en nuestra reunión en el Ministerio, hace ya casi dos meses. Suponemos que lo recuerda. Nos parece complejo, eso si, que el propio director del proyecto tenga tan poca claridad sobre el carácter que éste tiene. Sin comentarios.
Como si todo lo anterior no bastara, estamos en condiciones de afirmar que los directores del proyecto han "aprovechado" el mismo para obtener beneficios personales de fondos que debieron haberse empleado para el correcto desarrollo de éste, y para el beneficio final de nuestra Facultad. El proyecto contemplaba un ítem de "estadías cortas de especialización" las que en teoría serían efectuadas por "académicos vinculados al proyecto". Lo extraño es que casi todas ellas fueron realizadas por el Director del proyecto y las otras por el Director alterno. Cuando exigimos una explicación al respecto, obtuvimos como respuesta que como los convenios se habían hecho todos con instituciones francesas y el Sr. Marchant era el único "académico vinculado al proyecto" que hablaba francés fluidamente, fue precisamente él el afortunado que realizó dichos viajes, excediendo en $6.000.000 la suma contemplada originalmente para ese ítem, ¿qué conveniente, no? A propósito, aún esperamos los informes que solicitamos hace 2 meses a través del ministerio -ya que en sus propias palabras "los estudiantes no tenemos derecho a exigirle nada"- para conocer los resultados específicos de todos y cada uno de esos viajes y en que medida éstos contribuyeron al proyecto y por tanto se justificaron.
Por otro lado, en varias oportunidades el Sr. Marchant se ha encargado de "aclararnos" que la maquinaria adquirida, de restringido uso en estos años, ha estado disponible solamente para investigación docente, por lo que nuevamente argumentaba su conocida cantinela de que los estudiantes éramos los "beneficiarios" indirectos de este proyecto. Lo que no comprendemos, entonces, es ¿Por qué en el transcurso de su taller de Arquitectura (1er semestre año 2006, entrega final) y en el ejercicio de su labor académica, rol absolutamente independiente de su gestión como director del Mecesup FAU, ofreció el servicio de ploteado gratuito para todos los estudiantes de su cátedra? ¿Es acaso que hay privilegiados en esta facultad? ¿Las máquinas no están disponibles para los estudiantes de la FAU, salvo para quienes tengan clase con este señor? ¿será que la falta de fiscalización interna en la facultad hizo que este director se sintiera con la libertad de hacer y deshacer a su antojo? Y después niegan, Marchant y compañía, que se han comportado todo este tiempo como los dueños de un latinfundio (que el lector saque sus propias conclusiones).
De todas formas hay varios datos más que nos encontramos corroborando y apenas tengamos certeza de ellos, los pondremos en conocimiento público, como corresponde. Y bueno, queríamos darles un aviso, aprovechando este espacio de comunicación: se les acabó la fiesta señores. Muy pronto tendrán que responder por cada uno de sus actos. Ese es nuestro compromiso.
Finalmente, agradecemos que hayan tenido la gentileza de decidir marginarse de las discusiones tanto en los Consejos de Facultad como en la Comisión MECESUP. Lo consideraremos como un gesto, un aporte para el buen desarrollo del trabajo en ambos espacios. Con toda certeza las reuniones futuras serán mucho más productivas y el trabajo más fluido.
Atentamente,
"ALGUNOS DIRIGENTES ESTUDIANTILES" de la Facultad, es decir:
CENTRO DE ESTUDIANTES DE ARQUITECTURA
CENTRO DE ESTUDIANTES DE DISEÑO
ASAMBLEA DE GEOGRAFÍA